NO PUEDO SEGUIR ASÍ......

Ayer mientras me sonaba el despertador a las 7 y 10 de la mañana, me revolcaba en la cama cual cerdo en su pocilga y contemplaba la posibilidad de realizar un trueque con el diablo a cambio de 20 minutos más de sueño (por supuesto era lunes) tomé la decisión de cuidarme más o por lo menos empezar a cuidarme algo.


Y es que mi cuerpo ya no aguanta tan bien como antes los excesos y después de el fin de semana siempre me levanto hecha polvo, estado del que no me recupero hasta el jueves o el viernes y para entonces otra vez estamos en fin de semana. En mi anterior trabajo tenía una compañera que decía que yo era la que peor cara traía los lunes con diferencia.

Pues eso, que estoy decidida a volver al gimnasio y a tratar de comer más sano (menos mcdonals y pizzas) a ver si mi cuerpo me lo agradece. Aunque el apuntarme al gimnasio me da algo de pereza, no por hacer ejercicio sino por ese espécimen humano cuya denominación en latín es “cachas repelentus” y dícese de aquellos en camiseta de tirantes tres tallas más grandes de la que les corresponde a su cuerpo (en el caso de las mujeres pasa lo contrario tres tallas menos de camiseta) y que se dedican a sobarte todo lo que pueden con la excusa de enseñarte a realizar algún ejercicio que supuestamente estas haciendo mal. No me opongo a que me enseñen la manera correcta de realizar un ejercicio de hecho pongo mucho interés en aprender, pero mi monitor me corregía y me mostraba la manera de hacerlos bien sin tener que pegar su pecho a mi espalda (aunque a él se lo hubiera perdonado todo, jejeje) y algún que otro compañero también lo hacía de este modo siempre motivados por ayudarme (ya que ellos tenían mucha más experiencia que yo) y no por la posibilidad de restregarse contra mí.
Aún así estoy decidida quiero ir mañana a apuntarme (hoy tengo ingles) y voy a intentar enganchar a una amiga por eso de que dos pueden más que uno.

Ah! Resulta que San Valentin si que tenía algo reservado para mí después de todo, sólo que vino con bastante retraso. Más vale tarde que nunca ¿no?