martes, 6 de febrero de 2007

LA CABALLEROSIDAD HA MUERTO

Y no, no es por que sea lunes y tenga ganas de despotricar contra alguien (no es sólo eso) es que realmente ya no hay hombres que se comporten como caballeros. En fin que sales con uno a cenar y o te llenas tú la copa de vino o ni lo pruebas en toda la noche; tienes que apartarle las manos de tu plato porque si no se come su comida y también la tuya y si cometes el error de compartir el postre con él no esperes que te pregunte si quieres la guinda del pastel, lo más probable es que ya la esté masticando mientras tú lo miras con incredulidad y entonces con la boca llena te preguntará : “¿es que la querías tu? Pues habérmelo dicho” y a continuación si no comes con rapidez procederá a devorar el postre sin que hayas conseguido comerte un par de cucharadas. Al final de la inolvidable velada si es de los que presta un poco de atención te preguntará que si te encuentras bien por que no te ha visto comer mucho “parecía que no tenías mucha hambre….”, y por último te preguntará que si te importaría conducir a ti por que durante la cena ha bebido mucho. ¿Cómo esperas que después de dejarte en casa suba contigo? A esas alturas no tengo la líbido por los talones no, sino que debió de caerse por el suelo del restaurante y está irremediablemente perdida.
Total que decides otro día quedar con él para dar un paseo (por si acaso era el entorno lo que fallaba), te pones divina de la muerte y te cargas de optimismo. Os tomáis un café (OJO!!!! en un lugar donde no estén echando un partido por la tele) y después decidís caminar un rato. En eso que tu empiezas a tener un poco de frío y comienzas a frotarte los brazos. Él te mira y lejos de quitarse la chaqueta para ponértela sobre los hombros (ni siquiera se le habrá pasado por la cabeza) te dirá algo así como “¿Tienes frío? Normal, no comes casi nada y te pones esas faldas…..Yo no tengo frío.” Y tan ancho.

Y para colmo, después de esto vas el lunes a hacienda con una maleta llena a rebosar y que pesa un quintal en una mano y con un montón de expedientes y papeleo en la otra pensando en las posturas que vas a tener que hacer para abrir la puerta y en ese momento entra detrás de ti un chico puesto de traje y con sólo una maleta al que te quedas mirando con ojos esperanzados. Él te mira y acelera el paso adelantándote no para abrirte la puerta, sino para pasar y dejar que se cierre la puerta en tus narices mientras seguramente va pensando “Así no me toca esperar y me atienden a mí antes que a ella que parecía que llevaba muchas cosas y que se iba a tirar un buen rato. Uff! menudo muerto me he quitado de encima.”

En fin chicas, la caballerosidad y buena parte de la educación masculina definitivamente ha muerto. Ante nosotras una generación de hombres que no saben comportarse y no tienen ningún tacto para decir las cosas.

No hay comentarios: